Resulta imprescindible conocer tu tipología corporal para, a partir de esta, establecer un plan de entrenamiento adecuado, encontrando los siguientes morfotipos:
- Mesomorfo
- Atlético
- Musculatura definida
- Aumentan masa muscular fácilmente
- Ganan grasa con cierta facilidad
En este tipo de personas, lo más recomendable suele ser entrenamiento con pesas, aunque debes igualmente complementarlo con ejercicio aeróbico. Deben vigilar el consumo de calorías o subirán de peso rápidamente.
- Ectomorfo
- Persona delgada
- Hombros pequeños
- Poca masa muscular
- Encuentra dificultades para ganar peso
Queman calorías rápidamente, por lo que les resulta muy difícil conseguir peso. Necesitan una alta cantidad de calorías para conseguir peso. Los entrenamientos deben ir centrados a grandes grupos musculares, teniendo en cuenta que al perder grasa fácilmente, resulta difícil el crecimiento muscular.
- Endomorfo
- Consigue grasa y músculo con facilidad
- Cuerpo corpulento
- Les cuesta definir músculo
- Resulta complicado perder grasa
Sus músculos son fuertes y potentes, especialmente los de las piernas, al mismo tiempo que les resulta muy fácil subir de peso especialmente en grasa, más que en músculo. Para favorecer la eliminación de grasas en comparación con el músculo, deben realizar ejercicios aeróbicos.
Asimismo, podemos encontrar casos donde exista una combinación de morfotipos, como un mesomorfo que tienda a aumentar grasa como un endomorfo, motivo por el que resulta imprescindible conocer tu situación actual y morfología, para a partir de esta planificar un entrenamiento adaptado a tus objetivos junto a una alimentación con la cantidad de hidratos, proteínas y grasas adecuadas. Por ejemplo, en caso de que sientas dificultad a la hora de conseguir aumento de masa muscular, posiblemente seas ectomorfo, lo que significa que resulta complicado alcanzar crecimiento muscular en comparación con un mesomorfo, pero con el entrenamiento a la intensidad adecuada y alimentación necesaria, conseguirás alcanzar tu objetivo.