El consumo de alcohol se encuentra cada vez más arraigado en nuestra sociedad, iniciándose cada vez en etapas más tempranas dentro de los jóvenes. En esta ocasión, vamos a comentar las influencias que tiene sobre el rendimiento. El deportista, al realizar una actividad física exigente y por encima de la media, puede ver seriamente afectado su rendimiento o recuperación de una lesión al consumir alcohol, sobre todo si el consumo no es responsable, aunque en el caso de personas adultas, sanas y que no estén medicadas puede tener efectos positivos. Siempre y cuando el consumo sea ocasional, puede mejorar la actividad de las enzimas que facilitan la digestión o aumentar el colesterol bueno, entre otros beneficios, pero debemos ser conscientes de que hay otros medios para conseguir estos aspectos, por lo que lo más responsable será no consumirlo durante la vida deportiva.
CONSECUENCIAS
Afecta a todos los sistemas del cuerpo, principalmente:
- Aparato psicomotor
- Aparato locomotor
Depende de la cantidad ingerida, pero sus efectos interfieren directamente en la recuperación tras esfuerzo, crecimiento muscular, hidratación y reposición de glucógeno que necesitas para desarrollar tu actividad, lo cual produce una disminución del rendimiento del deportista
En ocasiones, el consumo de alcohol es un acto social tras un entrenamiento o un partido, pero esto, traducido en un consumo excesivo, tiene una influencia negativa en el rendimiento y desarrollo del deportista, especialmente en jóvenes. Se trata de un nutriente pobre, ya que tiene un nivel calórico elevado sin elementos nutritivos, lo cual además de afectar el rendimiento y recuperación, influye negativamente en deportistas que busquen reducir la grasa corporal.
DIVERSAS LESIONES O RECAÍDAS
En la práctica deportiva se producen diversas lesiones, de mayor o menor gravedad, desde pequeños traumatismos hasta otras que conllevan una rehabilitación mucho más prolongada, limitando el alcohol las medidas que se toman de cara a esta recuperación o prevención de lesiones tras el entrenamiento, debido a su efecto vasodilatador. Además, afecta la regeneración de las fibras musculares, causando un daño mayor tras realizar ejercicio, lo que se traduce en un mayor riesgo de sufrir una rotura muscular, o que el proceso de recuperación se alargue.
NI ANTES NI DESPUÉS
Debemos evitar consumirlo previo a la actividad física, además de posteriormente, ya que afecta a las fibras musculares responsables de realizar el entrenamiento con eficacia. Además, interfiere en la hidratación, al disminuir la cantidad de agua mientras consumimos bebidas alcohólicas. Una bebida con más del 2% de alcohol no es adecuada para la rehidratación, y debemos tener en cuenta que, lejos de la creencia de que la sauna favorece la eliminación del exceso de alcohol, esta produce una mayor deshidratación
CONCLUSIÓN
Resulta crucial comprender, tras lo expuesto anteriormente, que no existe ningún beneficio para el deportista en la ingesta de alcohol posteriormente al entrenamiento o competición, o de cara a la recuperación, existiendo efectos negativos a corto y largo plazo. En caso de consumirlo, recomendamos que sea de forma moderada, con abstención en los períodos previos o posteriores al ejercicio. Para poder disfrutar de los beneficios de algunas bebidas como el vino, aconsejamos consumir las de bajo o nulo contenido alcohólico.