La organización de los tiempos es una de las cuestiones clave del entrenamiento y del transcurso de la vida, pues debemos ser capaces de realizar actividades, descansar y, además, reservar un horario fijo de entrenamiento a la semana. Estoy convencido de que tienes planes durante el día que cuentan con especial relevancia, sea tu trabajo u otra actividad, al igual que es seguro que, al comienzo, entre medias o al final de este, puedes reservar media o una hora de ejercicio, lo cual agradecerá tu cuerpo y tú mismo en cuanto comiences a apreciar los resultados del ejercicios.
Poniéndonos en el caso de te levantes alrededor de las 8 de la mañana y te encuentres atareado hasta mediodía o entrada la tarde, puedes valorar las siguientes opciones:
- Levantarte una hora y media antes, prepararte e ir al gimnasio a entrenar, o realizar ejercicio en casa si así lo deseas
- Una vez termines con tus tareas diarias, dirígete a tu entrenamiento
- Reservar el mediodía para tu entrenamiento
En cualquiera de los casos e independientemente de tu actividad, tengas horario fijo o flexible, adaptar tu agenda se encuentra al alcance de tu mano, pues contamos con 24 horas a lo largo del día, dentro de las cuales además de otros compromisos, resulta factible dedicar media hora o una hora al ejercicio, es decir a tu salud, teniendo en cuenta que lo más recomendable es llevarlo a cabo en un horario que te resulte sostenible en el tiempo, pudiendo estar meses e incluso años respetando idénticos horarios de entrenamiento. Siempre y cuando desees mejorar tu salud o condición física, lo cual se traducirá en mejorar tu calidad de vida, atractivo, prevenir y recuperar enfermedades, resulta imprescindible reservar un horario en el cual, normalmente, no sueles realizar planes de vital importancia y podrías invertirlos en ti. En este momento, párate a pensar, ¿qué horario escogeré para cuidarme de forma permanente?